Meditación


Siéntate. Respira. No hay nada que hacer. Todo está hecho. Sólo tienes que entregarte. Al principio te costará. Tu ego batallará para no permanecer en el Ser. El cuerpo dolerá, la mente divagará, adelante, atrás, atrás, adelante, futuro y pasado, pasado y futuro. No sabe estarse quieta. No puede. Es sólo un instrumento de la conciencia. No es definitiva. No es útil cuando te arrastra. Es útil si la utilizas. No le des el poder. Mantenlo tú.
Acepta lo que ocurra (ruidos , malestares, pensamientos). No luches. No más batalla. No más dolor. Acepta. Integra. Permanece. Acepta y observa. Sin juicio, sin volición. Observa. Ecuánime.
Recuerda que todo lo que aparezca no es digno de atención. Lo real es lo que acontece AHORA. En ti. Al observarte.
Si observas la molestia, se volverá punzante y luego... desaparecerá. Desaparecerá porque no es real. Es real en tanto en cuanto tú la observas y te implicas, la juzgas y te posicionas respecto a ella. Desaparecerá porque sólo existe en tu mente. En tu mente que vaga de un lado a otro. Es sólo una llamada de atención del ego que dice "¡Eh! Estoy aquí. Déjalo. La rodilla, el hombro, el trabajo, la novia, el entorno...". No quiere observar. No quiere entrar. Teme lo que puede encontrar. Recuerda: nunca ha entrado, nunca lo ha visto, no sabe qué hay dentro [Sólo has vivido fuera]. Tiene miedo. Es normal. Ésta es una etapa difícil. El primer obstáculo. Si lo superas, serás más fuerte, más íntegro, más completo. Continúa.

Focaliza ahora tu atención (la respiración, un mantra, un mudra, una imagen, un espacio). Utiliza un soporte. Permanece en él. A pesar de todo. El ego es muy, muy astuto, muy, muy elaborado [complementariamente, cuanto más poderoso, mayor capacidad de trascenderlo]. Querrá que deambules, que te distraigas del objeto. Atención. Focaliza tu atención. Sin tensión. Esto lleva su tiempo. No tengas prisas. No te castigues. Cada vez que te distraes y vuelves a la atención es un triunfo, no una derrota. No interpretes la distracción como un error: el acierto es darte cuenta de que te has distraído. Atención. Sin tensión. Desde la apertura. Desde la aceptación. Entrena.
Cuando puedas permanecer atento un tiempo considerable, ábrete. Olvida el soporte. Observa. Aparecerá todo lo que emergió al principio, pero tu actitud al respecto ha cambiado. Ya no eres el mismo. Conoces las trampas del ego. Sigues cayendo en ellas (tu programación es fruto continuado de años y la mente tiene multitud de capas, cada vez más profundas e insondables, pero las alcanzas y al observarlas las purificas). Caes en ellas pero no te culpas, vuelves cada vez más instantáneamente al soporte o a la atención abierta. Continúa,. Es un gran trabajo. Lo estás haciendo muy bien.
En esta etapa puedes encontrar muchos aspectos. Investiga. Comparte. Pregunta a alguien más experto. Acepta. Acepta siempre. Lo que encuentres, lo que surja. Persevera.

Finalmente un día, no se sabe muy bien cómo ni por qué, ocurre. Estás. Eres. Permaneces. No mente. No dolor. No dualidad. ERES. SOY. SOMOS. Ser Puro. Ésa es la meditación. Simplemente, sucede. La reconoces. Es tu naturaleza esencial. Cultívala.

Y... vuelta a empezar.

1 comentario:

Luciano Gil dijo...

querida amiga, he encontrado tu comentario y me ha dado mucha alegría saber de tí. me ha gustado mucho cómo explicas el proceso de la meditación, tienes una gran capacidad para transmitir y es una gozada leerte.
Un abrazo muy fuerte, compañera...