René Char. Laderas

Maravilloso poema de René Char, espléndido poeta francés que descubrí casualmente hace unos diez años.

Reseña biográfica


Este poema pertenece a El desnudo perdido (Le nu perdu), Hiperión, Madrid, 1995. Traducción de Jorge Riechmann.
Precioso...
Desde el primer momento que lo leí, fui suya y él mío

"Esas certezas distraídas son nuestros cimientos. No podemos nombrarlas y todavía menos cederlas. ¿Son anteriores a nosotros? ¿Datan de antes de la palabra y de antes del miedo? ¿Acaso van a cesar con nosotros? En la horcadura de nuestra rama, una savia muy joven las espera para atraparlas.

Algunos seres no están en la sociedad ni en una ensoñación. Pertenecen a un destino aislado, a una esperanza desconocida. Sus actos aparentes se dirían anteriores a la primera inculpación del tiempo y a la despreocupación de los cielos. Nadie se ofrece a pagarles un salario. Ante su mirada se funde el porvenir.

Cuaderno de las sublevaciones, el corazón alimenta a lo que él mismo ilumina y recibe de aquello a lo que sirve la cimbra de su color rojo. Pero el espacio al que se incorpora le es cada noche más hostil. ¡Oh percutiente, leñoso dolor!

Poco se tarda en no ver ya sino nacer y crecer. Los ojos bajo nuestra frente han desaparecido. Por el contrario, los ojos de nuestra espalda se han vuelto inmensos. La rueda y su horizonte doble, uno muy amplio ahora y el otro inexistente, van a concluir su rotación.

Si no se puede informar el porvenir con la ayuda de una gran batalla, es menester dejar huellas de combate. Las verdaderas victorias sólo se logran a largo plazo y con la frente apoyada en la noche.

Desconfiad de mí igual que yo desconfío de mí, pues no carezco de retroceso.

Tenemos las manos libres para unir en un nuevo contrato la gavilla y la desgracia superadas. Pero la lentitud, la sanguinaria lentitud, tanto como el péndulo acelerado, ¿sobre qué dedos se han reunido?"

Espero que lo disfrutéis...

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