Tiempo de acción

Ha acabado el tiempo de las catacumbas. Ahora hay que levantarse y caminar. Caminar desde la fuerza implacable de la no violencia, del trabajo organizado y constante, de las bases creadoras de estructuras sociales y transformadoras de las cimas. Ha llegado el tiempo de la acción.

Vivimos en un mundo tan inmoral que de nada nos sirve ya renunciar a esto y lo otro, lo de más acá y lo de más allá, sino que tenemos que enarbolar la bandera de la acción, de la esperanza sólida y certera, de la evolución revolucionaria y de la verdad. Y plantarnos.

Decir basta. Basta de un mundo cómplice e ignorante con la barbarie perpetrada a diario. Basta de un mundo donde la violencia estructural es la base del sistema. Basta de un mundo de buen rollito izquierdista y tolerante cob la destrucción, por temor al qué dirán; y bienvenida a un mundo ético y real que necesita profundas transformaciones y soluciones políticas y económicas bien radicales.


Somos responsables de cuanto está aconteciendo en la Tierra en este momento -no más que la suma de todos los conflictos internos de todos los seres-. Debemos despertar a las masas, con amor, cariño y respeto, pero despertarlas. Es insostenible que nos crucemos de brazos ante esta situación.

Vivimos en un mundo genocida y somos cómplices de ello. Así que agarremos el toro por los cuernos y empecemos: trabajemos nuestra transformación (el camino que le sirva a cada uno para ver y trascender su sufrimiento personal y abandonar el estado egoico narcisista que impide ver al otro como a uno mismo) y, a la par, al mismo tiempo, desarrollemos una acción personal de cambio social.

No aceptemos lo que nos están dando. No comulguemos con ruedas de molino. Basta ya de destrucción, de ignorancia y de nihilismo improductivo.


Hay que ACTUAR, sin violentar. ACTUAR DESDE LA NO VIOLENCIA, la bandera más poderosa e invencible.


Responsabilicémonos de las estructuras creadas, insoportables para la salud de la sociedad y la humanidad y hagamos algo para cambiarlas. Transformemos las bases y lleguemos a la cima desde ellas, a través de círculos de acción.


Cambiemos este mundo que a todos nos disgusta y construyamos el mundo y habitemos la Tierra que sabemos que merecemos.


Ahora.

Sin más dilación.
Todos.
Pacífica y constantemente.