Presencia


Cuando tú no estabas todo era confuso y aterrador, terriblemente ajeno y doloroso. Las cosas eran cosas allí fuera, separadas, inanes, sin mí. Nada me satisfacía, nada era suficientemente hermoso, suficientemente bueno, necesariamente feliz. Entonces tú llegaste. Empezaste a regalarme cuanto había soñado en mi azarosa existencia. Amor. libertad, abolición de fronteras...
No me pedías nada a cambio, sólo amor.,recuerdo constante, alabanza sincera que, en verdad, ni tan solo demandabas sino que surgía natural de lo más profundo de mi corazón. Concluí que era la moneda, el espontáneo intercambio que nacía libre como un arroyo de las infinitas fibras de mi ser.
A veces aún te olvido y olvido mi manera de honrarte, a través de mi práctica, de mi cuidado para que tú habites en un cuerpo libre y sano, contenedor de esta exquisita y luminosa paz de espíritu, de este canto imperturbable y constante a tu Presencia, a la Vida, al Amor, a la Existencia Misma.
Y cuando te olvido sufro y hago sufrir a quines amo, a quienes muestro Tu Luz, Tu Gloria y Tu Esencia; pues yo la siento en mí cuando me acoges y te acojo, cuando nos acogemos, cuando nos asilamos, cuando somos un sólo Ser Eterno e Infinito.
A veces caigo de nuevo en el pozo de la permanencia, de lo tosco, de la herida, de la separatividad, del yo frente a las cosas, del yo frente al mundo; sin recordar que soy Tu Hija, que soy donde Tú te haces visible, donde Tú puedes mostrarte y repartir amor y dones y alegría.
A veces caigo en el mundo egioco del mundo estéril y mi vientre está vacío y mi corazón cerrado y mi alma se torna oscura y expulsa Tu Luz de su imagen.
Pero luego vuelves, siempre vuelves.
Bienaventurado seas y bendito millones de veces por generoso, por gratuito, por salvador en una y mil ocasiones.
Y miro la lluvia, los árboles, las gentes, las calles húmedas, los enseres, la cotidianidad perfecta y maravillosa que has creado para mi y te alabo, canto una y mil veces tu nombre de alabanza, de loa, de alegría, porque mi mente se expande y abarca lustros, siglos, vidas, lejanas estrellas y el cosmos enetero en constante renacimiento y expansión como expresión de tu infinita potencia de Energía, Amor y Sabiduría Inmensas que abrazan cuanto existe.

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