Atención sobre la conciencia instante a instante


Cuando te dejas enredar por la mente, alimentando tu película sobre acontecimientos pasados o futuros, no existes, no eres, porque la única vida y existencia posibles son en el presente, en la intensidad del momento del instante actual, donde estás realmente.

Y no son sólo palabras, sino una experiencia vívida y perfectamente comprobable.

Practicando la asunción del estado de meditación, es evidente cómo pierdes la Presencia ecuánime -que todo lo acepta, que todo lo refleja y permite que emerja la realidad tal cual es- cuando te dejas embaucar por el pensamiento (en forma de deseo o de aversión) que te arrastra hacia otro estado, en el que vives tu idea, abandonando así esa presencia, y siendo trasladado -por ti, por tu mente- a un pseudoexistencia no real donde desarrollas la película y la habitas, perdiendo así la única, excelsa y completa posibilidad de habitar el presente, que es la única y verdadera Realidad.

Literalmente te vas, no existes en esa posición sedente de práctica de la meditación, no estás ahí, sino que has sido arrastrado por la mente a un mundo imaginario -producto de la fantasía de tu mente, pasado o futuro, amable o rechazable- al que te trasladas y donde vives tu mentira creyéndola real.

Y esto no es sólo preocupante porque dejes de existir realmente -cosa bastante poreocupante, por otro lado- sino porque cuando esto acontece -y acontece prácticamente cada día a cada casi segundo- estamos alimentado otros mundos paralelos e invisibles, creando otras realidades sustitutas de la única, que es ésta que tenemos delante de los ojos, intensa y puramente, la cual evitamos habitar y reconocer como el espacio material posible de desarrollo.

Y de esta manera, toda nuestra energía -conciencia en movimiento, plausabilidad de creación inmediata- no está dedicada a transformar este nuestro mundo sino que se dedica a alimentar esos otros mundos particulares y neuróticos de cada cual, frutos de nuestra ignorancia en forma de condicionamientos, donde creemos resolver penas y dolores y nutrimos esperanzas.

Y no sé si está bien o mal, y en cualquier caso da lo mismo, lo que sé e intuyo es que no es útil. No es útil desperdiciar energía mental y malgastarla de esa manera. No es útil pretender cambiar nuestro mundo desde la fantasía de diseccionar constantemente nuestros fantasmas. Y sí lo es hacerlo desde la responsabilidad de mantenernos en el presente y aceptarlo y vivirlo tal cual es, tal como sucede (tal como, por otra parte, hemos creado: el mundo de ahora no es más que resultado del mundo de antes y gestor del posterior. Sólo habitando la intensidad del presente nos liberamos de la imperturbable ley del karma, de causa y efecto, y permitimos que emerjan los samskaras, los condicionantes más enraizados, para purificarlos y disolverlos, pues nada son y a la nada vuelven).

Practicar continuadamente técnicas de meditación simples -por auténticas- como vipassana, zen... te pone en contacto directo con esta experiencia y lo ves claramente y concluyes que sólo viviendo aquí y ahora vamos a cambiar nuestra visión de la realidad y, en consecuencia, vamos a dirigir nuestra energía de forma más óptima para transformar el mundo y conducirlo hacia el estado evolutivo que le y nos corresponde.

Así que comprometámonos aquí y ahora -tú y yo- a mantener encendida la llama de la voluntad (tapas), a nutrir esa fuerza con el cultivo del autoconocimiento y el estudio constantes (svadiaya) y entreguemos amando esos frutos a lo que es más grande que nosotros -sólo vías a través de las cuales pasan las acciones y pensamientos- (ishvara pranidana) para que, mediante la práctica, podamos descorrer los velos de la ignorancia (avidya) y despertar a lo que realmente somos, seres con la oportunidad de habitar en el único y solo presente que existe ahora, ahora y ahora también y todos los ahora atemporales que se suceden. Y en estos ahoras podemos realmente transformarnos y cambiar el mundo.

Comprometámonos de todo corazón a no descansar hasta que el último de los seres sufrientes de este mundo alcance la beatitud y la gloria.

No hay ahora.
No hay otro.
Sólo hay amor.
Existencia, conciencia y beatitud.
Siempre ya.

1 comentario:

Merche Segura dijo...

No tengo palabras!!!!
Justo hoy escribi algo en mi blog, que hablaba del ahora.
Pero ni mucho menos esta expresado asi de bien!!!! Que afortunada soy de tener una amiga y compañera que sepa escribir tan bien, lo que uno siente.
Besitos gordos