Lec(cul)tura


La lectura es una actividad imprescindible para la creación de un espíritu crítico. La libertad de elección se amplía cuando la persona tiene más cultura y posibilidad de seguir su propio camino, no el que dictan los gobiernos, los sistemas económicos o sociales, la televisión o la mal llamada cultura de masas. [De cultura tiene bien poco. Cultura proviene del verbo latino colere, cuyo supino es cultum, cultivar. Tiene su origen en la raíz griega kol, que significa originariamente podar (posiblemente la madre de todas las labores de cultivo, tanto vegetal como humano) y que posteriormente se decantó hacia el culto-cultivo de las personas). Cultura es, pues, sembrar, cuidar, podar, desvelar, desprenderse de lo superfluo, simplificarse, hacerse fruto, hacerse uno y nutrir].
En fin, la parrafada anterior es para estimular a las personas por el gusto de la lectura. Claro que, como todo hábito, debe ser constante y, a ser posible, inculcado desde la más tierna infancia. He tenido la suerte de criarme en una casa llena de libros, con unos padres cultos y personas adultas dispuestas a satisfacer mi desbordada curiosidad y ofrecerme su tiempo y atención para resolver mis cuestiones vitales (los niños pequeños tiene unas dudas existenciales de lo más refinado: no hay que tomarlas a broma sino atenderlas desde la máxima objetividad y seriedad, el mayor cariño y la infinita ternura).
Así que, como adultos que una vez fuisteis
niños (y muchos lo seguís siendo), os propongo tres de las que considero lecturas capitales en la infancia (y obras para releer a lo largo de la vida): El principito de Antoine de Saint-Exupéry, y Momo y La historia interminable, de Michael Ende.
Quien sepa leer en clave entenderá su mensaje y verá reflejado el mundo en tan hermosas y enriquecedoras lecturas.

LIBRO = LIBRE

1 comentario:

Anónimo dijo...

totalmente de acuerdo aranzazu! aunque quiero romper una lanza en favor de la televisión (que no de los programas actuales) puesto que considero que es un medio excelente para enseñar y para llegar a muchísimas personas, aunque el uso que se le da hoy en día esté totalmente prostituido y comercializado... aún así, todavía existen programas como redes, dedicados a enseñar cosas, y con el que uno puede aprender un montón de cosas interesantes con un esfuerzo mínimo... lástima que esta sea la excepción que confirma la regla...