El Ser, eterno e inmutable, incognoscible, infinito, se sacrifica en su propio acto de existir.
Cuando el Ser encarna de sí mismo el mundo se sacrifica naturalmente para dar Vida.
Renuncia a su ausencia de sufrimiento y elige el sufrimiento para experimentar el Ser en el Otro y trascender ambos, retornando a su Origen.
Por ello, se ama al Ser, por ello se le rinde devoción.
Para ofrecerle la infinita gratitud por su elección.
Para recordarle que recordamos Quienes Somos, una partícula de Él.
La belleza, el amor, la armonía, la felicidad... sólo son existentes porque el Ser se disgregó en infinidad de partículas de existencia, aun cuando eso significó el nacimiento de su sfrimiento, y por extensión del nuestro, pues somos los Mismo y uno con Él.
Cuando el Ser encarna de sí mismo el mundo se sacrifica naturalmente para dar Vida.
Renuncia a su ausencia de sufrimiento y elige el sufrimiento para experimentar el Ser en el Otro y trascender ambos, retornando a su Origen.
Por ello, se ama al Ser, por ello se le rinde devoción.
Para ofrecerle la infinita gratitud por su elección.
Para recordarle que recordamos Quienes Somos, una partícula de Él.
La belleza, el amor, la armonía, la felicidad... sólo son existentes porque el Ser se disgregó en infinidad de partículas de existencia, aun cuando eso significó el nacimiento de su sfrimiento, y por extensión del nuestro, pues somos los Mismo y uno con Él.
2 comentarios:
quiero sacrificar todo aquello que impide que se muestre la luz que yo soy, y que el humo se convierta en aroma de incienso que asciende de mí a Mí, a Él. Besos...
Muy interesante tu blog, te felicito. Recibe un abrazo desde este rincón del sur del mundo llamado Chile, y te invito a visitar el mio (aunquer es más aburrido, es sólo música...), haz click en mi nombre (arriba) y accederás a él.
saludos
JMC
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