Siempre he amado el conocimiento.
A lo largo de mi vida he otorgado importancia al hecho de saber,
de explorar, de investigar, de conocer los porqués.
Me daba y me da seguridad.
Seguridad para no sentirme perdida en este mundo complejo,
tan diverso, tan múltiple, tan cambiante.
Era y es una manera de poseer aparente permanencia
en medio de tanta impermanencia.
Sin embargo, ahora…
ahora con observar la hierba me basta,
con contemplar una piedra es suficiente,
con admirar un árbol o un animal silvestre nada necesito,
con divisar las estrellas a lo lejos y sentirse pequeña me siento segura…
porque en todo ello está inmerso todo el conocimiento
y toda la sabiduría que puede alcanzarse,
porque ahora mismo la Eterna Gloria está manifestándose
-a través de mis dedos en estas teclas con forma de palabras-
cuando evoco mi naturaleza amada.
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