I
El hombre que me ame
deberá saber descorrer las cortinas de la piel,
encontrar la profundidad de mis ojos
y conocer la que anida en mi,
la golondrina transparente de la ternura.
II
El hombre que me ame
no querrá poseerme como una mercancía,
ni exhibirme como un trofeo de caza,
sabrá estar a mi lado
con el mismo amor
con que yo estaré al lado suyo.
III
El amor del hombre que me ame
será fuerte como los árboles de ceibo,
protector y seguro como ellos,
limpio como una mañana de diciembre.
IV
El hombre que me ame
no dudará de mi sonrisa,
ni temerá la abundancia de mi pelo,
respetará la tristeza, el silencio
y con caricias tocará mi vientre como guitarra
para que brote música y alegría
desde el fondo de mi cuerpo.
V
El hombre que me ame
podrá encontrar en mí
la hamaca para descansar
el pesado fardo de sus preocupaciones,
la amiga con quien compartir sus íntimos secretos,
el lago donde flotar
sin miedo de que el ancla del compromiso
le impida volar cuando se le ocurra ser pájaro.
VI
El hombre que me ame
hará poesía con su vida,
construyendo cada día
con la mirada puesta en el futuro.
VII
Por sobre todas las cosas,
el hombre que me ame
deberá amar al pueblo,
no como una abstracta palabra
sacada de la manga,
sino como algo real, concreto,
ante quien rendir homenaje con acciones
y dar la vida si necesario.
VIII
El hombre que me ame
reconocerá mi rostro en trinchera,
rodilla en tierra me amará
mientras los dos disparamos juntos
contra el enemigo.
IX
El amor de mi hombre
no conocerá el miedo a la entrega,
ni temerá descubrirse ante la magia del enamoramiento,
en una plaza pública llena de multitudes,
podrá gritar "te quiero"
o hacer rótulos en lo alto de los edificios
proclamando su derecho a sentir
el más hermoso y humano de los sentimientos.
X
El amor de mi hombre
no le huirá a las cocinas
ni a los pañales del hijo,
será como un viento fresco
llevándose, entre nubes de sueño y de pasado,
las debilidades que, por siglos, nos mantuvieron
separados como seres de distinta estatura.
XI
El amor de mi hombre
no querrá rotularme o etiquetarme,
me dará aire, espacio,
alimento para crecer y ser mejor,
como una Revolución
que hace de cada día
el comienzo de una nueva victoria.
Gioconda Belli
Reglas del juego para hombres que quieren amar a mujeres
Temas:
libros,
poesía ajena,
reflexiones ajenas
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2 comentarios:
Uff, pone el listón bastante bastante alto, no?
;-)
Enamorado uno puede usar muchos superpoderes...lo heroico es mantenerse en el tiempo...
Gracias Aran
y tanto... ¿sabes? con el paso de los años más cuenta me doy, como eterna aprendiz del amor, que cuanta menos pasión cegadora más amor reposado y cierto. Se va el eros y llega la philia... aunque, en el fondo, el verdadero Amor es ágape, el Amor que todo lo inunda, el Amor de los místicos, el amor de Dios...
Respecto a las reglas; la honestidad, la sinceridad y el ser buena gente es fundamental, así como la falta de miedo a la hora de asumir un compromiso en que tú llegues a ser quien eres mientras ayudas al otro en lo mismo.
Una gran definición de amor, creo que es de Bucay: Amar es ayudar al otro a ser quien es. Es ver en el amado (y no desde el enamoramiento) aquello que tal vez ni siquiera él ve de sí mismo.
Clarissa Pinkola Estés, en Mujeres que corren cn los lobos, dedica el tercer y cuarto capítulos a la pareja y al amor y dice, creo, algo fundamental: el amor -la relación- está llena de vida y muerte, de nacimientos, muertes y renacimientos. Nuestro arte como amantes es saber adaptarnos a esas fluctuaciones y no dejar de creer (creo que es lo primordial: creer-crear) en el otro. No dejar de ver su luz, de percibir su Ser.
En Gracia y coraje -impresionante, Bachata: un amor sin límites-, Wilber dice, en la muerte de Treya, que un universo que la había creado a ella necesariamente tenía que ser sagrado... Es tan hermoso, es tan definitivo decir eso de alguien... Dios, es supremo!!!
En fin, ya ves, amo el Amor.
Muchos besos!!!!
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