Reflexiones poéticas

I
¡Cuánto amor se derrama por los poros, por las células, cuando extraño la Luz Primordial de donde provenimos!
¡Cuánta plenitud embarga mi ser al reconocer que decidimos esta existencia: que el deseo primario del Ser condujo a esta encrucijada de vidas y caminos!
¡Cuánta inmensa pena -en verdad, inmensa dicha- tener que recorrer una y otra vez, una y otra vez, la senda que nos lleva a la liberación de los seres!

II
Vivir, aún en determinadas circunstancias, es siempre preferible a no hacerlo. No vivir no es morir. No vivir es la nada. La muerte encierra en sí misma la posibilidad de un nuevo nacimiento.

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