Compañía

Compañía proviene de cum (con) y panis (pan), o sea que etimológicamente una traducción muy libre y personal sería "con quienes compartimos el pan", entendiendo este pan como algo concreto y simbólico (el cuerpo de Cristo, por ejemplo, la encarnación de Dios) al mismo tiempo.

Explico esto porque este pasado largo fin de semana he vivido experiencias vitales de compañía intensa y colpidora.

Durante el viernes, sábado y domingo estuve rodeada, acompañada, alentada en los momentos de crisis (¡qué hermosos! ¡cuánto te hacen crecer!) por todos los maravillosos compañeros de la formación de yoga. La sensación de familia es tan real, tan palpable... somos un gran grupo de almas, destinadas a encontrarnos en este instante para ayudarnos en nuestros respectivos despertares... es magnífico. Hemos compartido mucho y lo que queda por compartir, hermanos de crecimiento, hermanos de vida.
Tras el seminario, el domingo David y yo cenamos con nuestros vecinos (y ya amigos) Cristina y Ferran. Pese a que hoy hace exactamente un año que somos vecinos aún no nos conocíamos, así que el pasado miércoles, David y Ferran empezaron a hablar en la puerta a la luz de la luna llena y las estrellas (vivimos en antiguas casas contiguas), Cristina se asomó al comprobar su tardanza y acabamos en nuestra casa degustando nuesto licor preferido, Mangaroca.
Esa noche ya empezamos a intimar y asistimos encantados a las coincidencias de intereses que tenemos respecto a muchas cosas. Así que nos citamos para el domingo sabiendo que la noche iba a ser larga y el lunes podíamos descansar.
... Y así fue. A las 20 h más o menos ya estábamos en su casa charlando, bebiendo vino y aperitivando; cenamos, charlamos... y nos dieron las 5 de la mañana... Así, como quien no quiere la cosa... nos informamos mutuamente de inquietudes, miedos, aspectos a trabajar, recuerdos del pasado, deseos para el futuro, retos del presente... Fue una mágica velada, prueba palpable de que el mundo y la sociedad cambian y personas que unos días antes cruzan amables palabras de saludo pueden compartir y comparten horas de intensa y enriquecedora conversación donde sanan cuerpo, mente y alma.
Así que ésta es la gran dicha: "el compartir el pan", el compartir la vida, los anhelos, las vergüenzas, los complejos, las anécdotas sencillamente extraordiarias que pueblan nuestra andadura, las risas, los juegos, los cariños, incluso los secretos...
Compartir, compartir el pan, entregar nuestra parte nutriente y nutrirnos de los otros, dar y recibir, sin temer sin esperar... con amor...
Así que a los dos: MUCHAS GRACIAS. Y a los sadhaneros: MI GRATITUD DE NUEVO.
Por todo, por la lección de vida y por vuestra amistad.
Y al resto, ¡cómo no!, gracias también por leer y dejar vuestras impresiones que, os confieso, hace muchísima ilusión encontrar.
Hasta mañana!!!!

1 comentario:

Cris dijo...

GRACIAS a vosotros... pq 4 no se juntan si 2 no quieren...

la verdad es que estamos un pelín alucinados de lo bien q hemos congeniado. hoy en día parece prácticamente imposible codearse tranquilamente con MUY buena gente,... con la calaña q hay no se puede ni elegir.

las malas experiencias te hacen ir con un especial cuidado a la hora de acercarte, y no deja de ser MIEDO A.

pero con lo bonito que es el poder compartir experiencias y buenos ratos como el de estos días...

Hemos decidido, y más ahora que nos estan apretando las tuercas del craneo y del sacro, y nos vamos equilibrando emocionalmente... que hay que guiarse por la intuición, por el corazón y ser tu mismo, sin dejar que afloren esos miedos que nos retrasan en nuestro camino.

un abrazo muy fuerte AMIGOS!!!