Carta de la anciana que seré a la mujer que soy

Éste es un ejercicio de la clase de creatividad a la que acudía los viernes. Consiste en escribir una carta de la anciana que serás a la persona que eres hoy. Es un tremendo, maravilloso y enriquecedor ejercicio de autoestima y autoconocimiento. Ahí va:

"¡Querida niña! ¿Cómo estás? Espero y deseo que bien y que poco a poco vayas aprendiendo cada vez más a ser más tranquila, coherente, relajada, menos impetuosa y veas las cosas con la distancia y la perspectiva de quien sabe relativizar.
¿Sabes, mi niña? Cuando te haces mayor, anciana como yo, sigues amando tanto la vida... y al mirar atrás sonríes, cómplice, viendo cuánto has hecho. Poco a poco comprendes que lo hermoso es amar y dar siempre que puedas, que la mayor recompensa y el mayor tesoro que puedes llevarte al mundo de las almas al que regresarás tras tu muerte son la alegría, los gestos de cariño, las sonrisas, los abrazos, las miradas, el amor que cosechaste.
¿Sabes, mi niña? No temas nunca ni te enfades con tus amigas ni con David (él continúa a tu lado después de tantos años, después de tanto compartido), sé buena con mamá, con Iván y con Marc, siempre, porque los echarás de menos cuando no estén. Honra la memoria de papá como lo haces.
Muéstrales a todos como eres pero no te impongas, permite que poco a poco descubran ese maravilloso diamante que posees en tu interior y sé feliz, inmensamente feliz, risueña, dichosa, positiva, amorosa, paciente, porque de esta manera llegarás a ser quien soy.
Recuerda siempre todo lo que has aprendido, desde chiquitita, toda la enseñanza tácita que circula por el mundo esperando a que la descubras.
No te encolerices, no te impacientes, no creas saberlo todo, nunca: la arrogancia destruye tu verdad y te hace malgastar energía
¡Mi querida niña! ¡Cuánto te diría!¡Cuánto callaría para sólo mirarte a los ojos porque sé cuánto comprendes, cuánta sabiduría anida en tu interior esperando a ser desvelada poco a poco, a su debido tiempo!
Y poco más, mi linda niña, mi eterno corazón, mi inmensa alma: Vive, disfruta, aprovecha cada segundo de tu vida y ama, por encima de todo, ama. A todo, a todos. Porque dar es la única manera de recibir, porque vivir de verdad es entregarte en cuerpo y alma a lo que amas y sueñas.
Siempre juntas, por toda la eternidad. Arantza”

2 comentarios:

Anónimo dijo...

esto me ha recordado a un ejercicio que nos hizo una profesora el primer año de instituto... nos pidió que escribiéramos una carta explicando cómo nos veíamos, cuáles eran nuestros sueños, nuestras inquietudes, nuestros mejores amigos... luego pusimos la carta en un sobre y se la entregamos... un par o tres de años más tarde nos las devolvió para que pudiéramos comprobar lo mucho que habíamos cambiado...

claro que esto es más difícil... demasiado difícil para mí, que soy incapaz de imaginar qué sentiré si llego a ser un anciano... tan sólo espero que pueda sentirme orgulloso de mis yos pasados, que al fin y al cabo son los que determinarán mi yo futuro!

aranzazu dijo...

Seguro que eres muy capaz de imaginarte de anciano y, como bien dices, desde ahora, desde ya, en cada momento estás construyendo quién eres. Y lo haces francamente bien, verdad? Me alegro mucho de que me visites y me alegro que compartamos inquietudes. Besos!