Cualquier libro de Ken Wilber es una oportunidad única de crecimiento y aprendizaje. Éste es un fragmento de La pura conciencia del ser (ed. Kairós, col. Sabiduría perenne) que me gusta mucho. Tal vez porque aspiro a ser un día una maestra espiritual implacable pero amable:
"Hay maestros espirituales amables, seguros, consoladores, tranquilizadores y respetuosos, y los hay que son auténticos proscritos, verdaderos diablos, los chicos y chicas duros de la realización de Dios, hombres y mujeres que se plantan frente a ti, molestándote y aterrorizándote hasta que finalmente despiertas a lo que, en el fondo , eres. Te sugiero que elijas cuidadosamente a estos últimos.
Si lo que quieres es aliento, sonrisas afectuosas, caricias a tu ego, palmadas en la espalda y palabras amables que alientan la contracción en ti mismo, buscan buen chico o una buena chica y deja que te lleve de la mano por el dulce camino de la reducción del estrés y del confort egoico. Pero si lo que quieres es la iluminación, si lo que quieres es despertar y freírte en el fuego de la pasión del Infinito, te sugiero que busques a un chico o una chica duros, los únicos que te harán sentir incómodos en su presencia, se enfrentarán a tu estupidez, te darán la vuelta en un segundo, te harán sentir ridículo, te harán desear no haber nacido, no te harán sentir cómodo sino aterrado y no pretenderán endulzarte la vida sino que te angustiarán hasta que finalmente emprendas el camino que conduce a tu propio Rostro Original.
Si lo que quieres es alejarte de los sueños consoladores y acercarte al verdadero despertar, si no aspiras a fortificar el ego sino a alcanzar el conocimiento de Dios, necesitarás experimentar una muerte brutal y conmovedora, una muerte literal del yo separado, una dilución dolorosa, aterradora y horrible, una extinción milagrosa que te permitirá atestiguar una expansión en
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