Project Air ayuda a superar el trauma de la violencia sexual
“Cuando hago yoga me siento muy feliz. Los malos pensamientos se esfuman y mi apetito es bueno. Me siento equilibrada y tranquila, y vuelvo a sentir la alegría de estar junto a otras personas”.
A simple vista, éstas podrían ser las palabras de una alumna de yoga en España o cualquier otro país occidental, donde la práctica de esta disciplina milenaria, procedente de la India, goza de buena salud.
Sin embargo, el testimonio cobra una dimensión nueva cuando descubrimos que pertenece a Seraphine, una mujer de Ruanda, donde desde hace un par de años, y para asombro de todos (incluso de la mismísima ONU), la ong norteamericana Project Air está cambiando las vidas de miles de mujeres y niñas, marcadas por el trauma y el estigma de laviolencia sexual o el VIH. Todo ello gracias al yoga. Sí, al yoga.
Ensituaciones de conflicto las mujeres y niñas constituyen uno de los grupos de población más vulnerables. Con el territorio de combate extendido hasta sus cuerpos, las violaciones sistemáticas se han convertido en una recurrente arma de guerra, tal y como han denunciado reiteradamente organizaciones de derechos humanos como Amnistía Internacional.
En Ruanda, las cifras del horror alcanzaron cotas espeluznantes durante el genocidio. Se calcula que, en 1994, unas 800.000 personas (aproximadamente el 11 por ciento de la población) perdieron la vida a consecuencia de las matanzas. Según las Naciones Unidas, entre 250.000 y 500.000 mujeres fueron violadas. Al trauma de la violación se unió en muchos casos el de un embarazo no deseado, el contagio del VIH y humillaciones de todo tipo.
Una mujer de Kigali le explicaba así a Deirdre Summerbell, directora de Project Air, lo que supuso para ella ser violada. “Fue como si te mataran, era incluso peor que matarte porque es un tipo de muerte que no termina nunca. Ellos nos querían muertas, sí, pero también sabían que era peor dejarnos con el cuerpo vivo y matar en su lugar nuestro espíritu. Y eso es exactamente lo que hicieron”. Han pasado menos de 16 años… Todavía hoy uno se pregunta, ¿cómo es posible reponerse a semejante barbarie?
"No, esto no es para nosotras"
En 2007, miembros de la ong médica WE-ACTx comenzaron a pensar que tal vez no bastaba con ofrecer servicios de salud básicos, hacían falta otro tipo de cuidados para paliar los devastadores efectos de la violencia sobre las mujeres y niñas, especialmente sobre su estado psíquico y emocional.
¿Por qué no probar con el yoga? En una entrevista a la CNN, Deirdre Summerbell, encargada de dirigir aquel primer proyecto piloto, reconocía que al principio sintió un poco de escepticismo pero al mismo tiempo, una enorme curiosidad la impulsaba a intentarlo, así que se puso manos a la obra. Las mujeres de la cooperativa de costura de Ineza, en Kigali, fueron las primeras beneficiarias de Project Air y los resultados no pudieron ser más esperanzadores.
“Fue como las típicas fotografías del antes-y-después. Al principio, en las primeras clases, las mujeres decían ‘no, esto no es para nosotras, somos demasiados viejas, estamos demasiado enfermas’, pero luego fueron cediendo, empezaron a probar el yoga tímidamente y entonces fue como si algo dentro de ellas se removiera, algo empezó a cambiar”, cuenta Deirdre en una carta sobre la historia de Project Air que puede leerse en su página web. “Era algo que estaba pasando por debajo de su nivel de pensamiento, de su nivel de memoria, incluso de por debajo del nivel de sensación consciente, y cuando estalló fue como si esas mujeres pudieran de nuevo volver a ser capaces de sentir, de amar la vida que había en ellas”.
Gracias a la rutina del yoga la salud de estas mujeres mejoró no sólo físicamente, sintiéndose más jóvenes, flexibles y fuertes, sino psicológicamente. El yoga las ayudó a sobrellevar la depresión y los recuerdos más terribles, ya no se sentían tan cansadas, recuperaron el apetito e incluso muchas, consiguieron dormir toda una noche por primera vez en 15 años con tan solo dos sesiones.
Reconocimiento de la ONU
Lo que había comenzado como un experimento de WE-ACTx, llevado a cabo por voluntarias, en 2009 se convirtió en una ong independiente con una misión clara: llevar el yoga a zonas de conflicto y postconflicto para mejorar la salud de las mentes y los cuerpos de las más vulnerables.
En el proceso, Project Air ha conseguido el respaldo de las Naciones Unidas, que el pasado mes de julio reconocieron oficialmente la utilidad de esta iniciativa sin precedentes.
“Es un ejemplo extraordinario de la aplicación del deporte como herramienta para el desarrollo y la construcción de paz. Con la introducción del yoga como medio para aliviar y prevenir el trauma, Project Air ha dado un gran e innovador paso. Este enfoque único sobre el uso del Ashtanga Yoga para la mejora física y psicológica merece un gran respeto".
"Es un ejemplo asombroso del impacto positivo que puede tener el deporte sobre las personas que sufren traumas posteriores a la exposición, en situaciones de conflicto, a los crímenes y abusos más inconcebibles”, destacaba el Consejero Especial de las Naciones Unidas para el Deporte para el Desarrollo y la Paz, Wilfried Lemke, en su mensaje de apoyo a Project Air.
Entre sus planes de futuro, Project Air se plantea lllegar a otras zonas en conflicto, concretamente el Este del Congo, Gaza, Afganistán o Colombia. Para ello han lanzado una campaña a través de su página web, “1 millón de dólares en 100 días”, abierta hasta febrero de 2010. La popular Madonna ya ha realizado importantes donaciones al proyecto, y se ha confesado una auténtica entusiasta de la iniciativa, a la que ha calificado de “heroica”.
“El yoga ha tenido un impacto tan grande en mi vida que cuando supe de Project Air y del trabajo que está haciendo con mujeres y niños de Ruanda, cuyas vidas se han roto por el Sida y el genocidio, tenía que apoyarlo. El uso del yoga para ayudar a tratar el trauma y a reconstruir las vidas y los cuerpos dañados es una idea maravillosa a la por fin le ha llegado su hora”, ha dicho la reina del pop.
"El hecho de que estemos empezando a ser tomados en serio es una gran ayuda frente al escepticismo natural sobre la idea del yoga en entornos de conflicto y postconflicto", destaca la directora de Project Air para quien estos apoyos resultan fundamentales.
Maribel Hernández Sánchez
2 comentarios:
Maravilloso proyecto por lo q. se ve ya en marcha
Parece átipico, pero ya es una realidad, cuanto me alegro de q. se lleva a cabo
deseo de verdad vaya creciendo esta gran aventura, todos somos hermanos y debemos ayudarnos
un abrazo, feliz noche
Me encanta tu blog! Gracias por compartir.
Se podía apreciar mejor tu sitio con la plantilla anterior, el color y el diseño de esta se pierde tu hermoso trabajo.
Besos.
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