Buena crisis

Los años venideros están llamados a ser un rito de paso para la humanidad y la Tierra , un tiempo crucial en el largo caminar de la evolución humana. Podemos imaginar que participaremos en transformaciones radicales y muy diversas, en amaneceres sorprendentes y crepúsculos intensos, y que el colapso de las estructuras materiales e ideológicas con las que habíamos intentado dominar el mundo abrirá espacios para la aparición de nuevas formas de plenitud.
En este rito de paso del final de la modernidad una mala crisis nos conduciría a extender la sed de control, la colonización de la naturaleza y de los demás y nuestro propio desarraigo. Una buena crisis, en cambio, nos conducirá a una cultura transmoderna, en la que una economía reintegrada en los ciclos naturales esté al servicio de las personas y de la sociedad, en la que la existencia gire en torno al crear y celebrar en vez del competir y el consumir, y en el que la conciencia humana no se vea como un epifenómeno de un mundo inerte, sino como una tributo esencial de una realidad viva e inteligente en la que participamos a fondo. Si en nuestro rito de paso conseguimos avanzar hacia una humanidad más sana, sabia y ecológica y hacia un mundo más lleno de sentido, habremos vivido una buena crisis,
Buena crisis y buena suerte.

Jordi Pigem
Cultura/s. La Vanguardia, 11 de marzo de 2009

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