Los obstáculos de la meditación

La enfermedad, la languidez, la duda, la inconsciencia, la pereza, el vicio, la visión errónea, no alcanzar las etapas de la meditación y la inestabilidad en ellas constituyen las distracciones de la mente, los obstáculos.

Son nueve los obstáculos o distracciones de la mente (citta). Aparecen junto con las fluctuaciones de la mente. Pero no están presentes cuando no existen las fluctuaciones mentales anteriormente mencionadas [es decir, la correcta percepción, la percepción errónea, la conceptualización, la memoria y el sueño]. La enfermedad es una afección de los humores, las secreciones o los órganos. La languidez es la falta de actividad de la mente. La duda es pensar vacilando entre varias alternativas, como "Puede que sea así o puede que no". La inconsciencia es no cultivar el medio del éxtasis (samadhi). La pereza, la inactividad provocada por la pesadez del cuerpo y de la mente. El vicio, la avaricia mental que consiste en la adicción a los objetos de los sentidos. La visión errónea es el falso conocimiento. No alcanzar una etapa es no llegar a la consecucuión de ninguna etapa del éxtasis. La inestabilidad es la incapacidad de la mente de permanecer en una etapa una vez lograda. Pero si realmente se hubiera alcanzado una etapa del éxtasis, la mente, como es natural, habría permanecido allí. Estas distracciones mentales se denominan las nueve imperfecciones del yoga, los enemigos del yoga o los obstáculos del yoga.

El dolor, la depresión, el temblor del cuerpo, una incorrecta inhalación o exhalación van unidos a las distracciones.

Los seres vivos padecen y luchan por liberarse de diferentes tipos de dolor: el causado por uno mismo, por otros seres o por las deidades. La depresión es la agitación de la mente debido a un impedimento causado por un deseo. El temblor del cuerpo es el que provoca el temblor y la agitación de los miembros. La inhalación es el proceso de inspirar aire del exterior. La exhalación es loq ue provoca que el aire abdominal fluya hacia el exterior. Van unidos a las distracciones. Se manifiestan en una mente distraída, no en una mente atenta.

Para disolverlas, uno debe practicar un solo principio.

Para disolver dichas distracciones, uno debe enseñar a la mente a permanecer en un solo principio.

Yoga-Sutra y Yoga-Bhashya

Los Yoga-Sutra de Patanjali son el texto raíz del yoga clásico. Se escribieron en el período comprendido entre el 300 aC y el 200 dC, aunque la segunda fecha es la más probable.

Yoga-Bhashya es el comentario más antiguo escrito en sánscrito sobre los Yoga-Sutra de Patanjali; probablemente se escribió en el siglo V. Contiene gran número de valiosas discusiones sobre el proceso yóguico. El Yoga-Bhashya se atribuye al legendario sabio Vyasa, considerado autor también (o editor) de los Puranas, el Mahabharata, el Ramayana y muchas otras obras.

La palabra samadhi, traducida como éxtasis, se refiere también aquí a la concentración yóguica en general. En un profundo estado extático, la respiración, de tan imperceptible, puede dar la impresión de haber cesado. Desde este punto de vista, la respiración de la gente corriente aparece como un defectuoso mecanismo que interrumpe el estable flujo de la conciencia. La estrecha relación entre mente y respiración puede observarse en las situaciones extremas, como, por ejemplo, cuando se experimenta un gran terrore o ira.

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