Sanación, el camino del corazón



La sanación es el camino del corazón.

Cuando nos convertimos en amor en acción es cuando existe la posibilidad de autosanación y de sanación del Otro.

El verdadero camino del servicio, del ser útil a la humanidad y a la Vida pasa por el filtro del corazón, del espacio infinito que habita en el interior de tu pecho, allí donde la aparente individualidad se disuelve en un profundo gesto de amor.

Se trata no tan sólo de recorrer el camino que surge como expresión pura de tu esencia -el camino del corazón- aquello para lo que sientes que has nacido y encarnado, sino de ser la Esencia misma, la de todos.

El universo es un universo de amor, es, en realidad, un y el definitivo y único acto de amor, del cual formamos parte. Es el denominador común, el alfa y omega, la verdad. El aspecto absoluto de Dios.

Hasta abrirnos verdaderamente a nuestro corazón, vivimos instalados en alguno de los otros centros: el instintivo y de acción o el intelectual y de razón.

Es el corazón el puente entre ambos, donde el acto y la energía se transforman en servicio y la idea y la sabiduría se tornan pura expresión.

Amor en movimiento, eso somos al instalarnos en el corazón.

Meditamos en la ventana abierta al universo que es el centro de nuestro ser. Colocamos allí nuestra atención, en la observación y aceptación de lo que surge a cada instante e integramos, amando, aquellas partes de nuestro ser que hemos rechazado e ignorado, las observamos, las reconocemos… las amamos.

Dirigimos nuestra intención a la apertura y el profundo anhelo de servicio al resto de la humanidad, desplegando las alas de nuestro corazón en un vuelo hacia la felicidad de todos los seres.

Percibimos, sentimos, experimentamos como el acotamiento de nuestras fronteras es pura ilusión, fruto de la ignorancia, en forma de egoísmo y separatividad, de deseo o aversión, de miedo y falta de confianza en la naturaleza benefactora de la existencia.

Tratándonos con amor todo se transforma, todo se disuelve.

Todo es diáfano y retroalimentador.

Todo es esencia pura.

Existencia, conciencia y beatitud.

Vivamos pues como dijo alguien, con los pies en la tierra, la cabeza en el cielo y el corazón en los seres.

Transformando siempre.

En infinita espiral de amor.


* Imagen creada por Susan y Francisco Pérez de Villar Martín

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Entre lo que somos y lo que Somos, hay tanto que nos oculta.

En cambio, basta solo una mirada a nuestro interior para Ver. Tan fácil y tan complicado al mismo tiempo.

Somos, como muy bien dices: Amor. Y descubro al leerte, y por eso te lo agradezco, que la práctica del Amor Incondicional es otra vía que puede hacer que veamos la Luz de la Nueva Conciencia.


Gracias de corazón por tus mensajes...


Nàmaste

Anónimo dijo...

Hola Aranzazu :-)