Betsaida

Mañana, 4 de julio, es la despedida oficial de la escuela donde me crié y donde mi padre ejerció de maestro durante casi 30 años: Betsaida, una escuela innovadora queen los 60 y 70 recuperó el espíritu libre y creativo de la docencia republicana y las corrientes Montessori y Decroly.

Desde aquí, mi homenaje en forma de canción y de texto a los maestros y maestras que han pasado por ella:



VUESTRO LEGADO PARA SIEMPRE…

Los discípulos son la biografía del maestro, decía aquél, y en Betsaida así ha sido, es y será para siempre, pase lo que pase con el edificio.

Vuestro legado permanecerá en nuestros corazones, en nuestras acciones, en nuestras vidas y en las vidas de quienes criemos y eduquemos. Vuestra luz se proyectará así en la eternidad del tiempo.

¡Cómo nos enseñasteis a respetar, a ser educados y amables, a ayudarnos los unos a los otros, a luchar por nuestros sueños y deseos!

¡Cómo, desde vuestra infinita humildad, habéis aprendido por el camino junto a nosotros y no habéis temido hacernos mejores, antes al contrario, os habéis esforzado por hacernos mejores que vosotros mismos!

¡Cómo nos distéis fundamento, raíces, y después -sabios como los buenos maestros- alas para que volásemos y fuésemos libres y conociéramos el mundo y sus entresijos!

Y en esa vida después, por duros que fueran y sean algunos tramos del viaje, disponíamos –y disponemos- de las herramientas que nos otorgasteis: la creatividad infinita, que siempre favorece el optimismo y la evolución; la comprensión, la solidaridad, el compañerismo, el esfuerzo colectivo y la armonía, que facilitan nuestra interacción con los demás; el valor de lo simple y cotidiano, que nos ayuda a tener los pies en la tierra, la cabeza en el cielo y el corazón en los seres; interés y curiosidad por el mundo que nos rodea, que nos incita a la acción y a la reflexión; y, por encima de todo y en mayúsculas, un INMENSO AMOR, que nos ha dotado de autoestima y nos ha reforzado el significado que hemos dado a nuestras vidas, porque desde pequeños nos habéis amado por quienes somos y no por lo que hacemos.

Porque vosotros habéis sido quienes habéis hecho grande a esta escuela, porque, en verdad, VOSOTROS SOIS BETSAIDA, su espíritu y su ejemplo. Porque es, gracias a vosotros, que todos nos sentimos orgullosos de haber tenido la suerte de habernos educado aquí y que forméis parte innegable de nuestras vidas, porque allí donde vamos nos reconocen como vuestros frutos, como vuestros hijos enseñados.

Así que, desde lo más profundo de nuestro corazón, todos los alumnos, verdaderos discípulos que han pasado por vuestras aulas, os damos las GRACIAS. Las gracias más sinceras, respetuosas y amorosas que podáis recibir porque, como maestros trascendentes para nuestra vida y para la Vida, nos habéis construido, nos habéis moldeado, nos habéis desarrollado y nos habéis legado. Sois dignos y nobles merecedores de toda nuestra admiración y respeto.

NUESTRO INFINITO AGRADECIMIENTO.


Vuestros alumnos de Betsaida

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