Hoy quieres observar las sombras que alargan tu destino.
Hoy quieres entrar a saco en las vísceras de tu ser.
Hoy buscas anhelante un pasadizo a la muerte.
¿Por qué? ¿Quién te llama?
¿Qué te espera? ¿Quién te somete?
Me espera, mi luz, mi señor, mi espera, mi esperanza.
Mi espera, mi espera agónica, final y bella
que espera mas allá de todo, la espera que te esperaba.
La espera que yo esperaba.
¿Por qué esperar cuando puedes caminar?
Porque estoy harta de caminar sin saber adónde voy,
porque es preferible esperar y decidir mi destino,
hacerlo denso, habitable, diáfano y claro como la luz meridiana.
Hoy quieres desenredar tu hálito en el aliento de las cosas,
todo lo que te rodea, de todo de lo que te rodeas.
¿Por qué escoges esto para que te envuelva?
¿Crees que te define, acaso te identificas?
Hoy esperas una señal de Dios para creer un poco más en la vida
y no dejarte arrastrar por el marasmo de aguas insondables que anega tu alrededor,
que emponzoña el alma y los pies como arenas movedizas
y no te deja moverte y no te deja irte y no quiere que huyas.
Quiero que permanezcas, que observes tu alrededor,
que aceptes tu momento, tu instante, tu vida,
que disfrutes de tu ser, de tu alma, de tu ahora,
de tu magnífico presente ignorado, de estos instantes que ninguneas,
que desprecias y no aprecias en toda su magnífica plenitud.
Quiero que mires ahora mismo dentro del espejo
y veas que la luz habita en él, que Dios habita en él,
que tu más profundo tú reside en ti.
Quiero que lo hagas
y dejes de buscar fuera
lo que está tan cerca de tu corazón.
Ups! Mi niña interior me riñe un poco...
2 comentarios:
¡precioso!, todo está ya contigo y lo sabes, pero necesitas recordarlo ¿no?
Gracias.. y sip... todo está ya.. todo es ahora.. aunque a veces lo olvidemos. Preciosos blogs. Un abrazo :)
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