Hermano mar, hermana mar



Láminas de mercurio son tus olas, películas de metal líquido, maleable, con un hermoso tono azul en esta tarde de rosas en el horizonte.
Rompen tus penachos de espuma en la arena, que te absorbe, que se nutre de tu sal y tu alimento.
Mar, eterno mar.
Creas alargados bucles, que transitan por las gamas del azul, desde el gris plata acerado hasta el blanco níveo que corona tus nubes de algodón en oleaje.
Mar, infinita pradera de acuoso elemento, de madre, de flujo, de entrega.
Mar, mar en calma, espejo que refleja la inmensidad del cielo, llanura que se mece al ritmo del viento y de los internos vaivenes de la tierra, hoy tranquilos, hoy serenos, hoy en paz.
Mar, en imparable danza, en continua armonía, clara muestra del esplendor de la Vida.
Mar, mar, mar...
Gracias por tu enseñanza.
Gracias, sobre todo, por tu inmensa belleza.

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