Desmontando mecanismos

Mi terapeuta me reconoce como el eneatipo 2, cuyos mecanismos de defensa-control, son la represión y la fantasía. No tengo muy claro si me hallo más en el 8 que en el ", aunque desde el 8 voay al 2 y neurotizo en él también.
Dentro de mi cabeza, en mi mente, existe un control exigente (en forma de superego) que me impele a mostrarme siempre solícita, amable, generosa, ayudadora... y que me castiga y me hace sentir culpable si no es así.

La acción resultante es que no me permito experimentar realmente mis necesidades, no creo que tenga derecho a ellas, no me considero siempre suficientemente digna de amor y creo que he de hacer algo para ganarme el amor de los demás.
Creo que, de alguna manera he de intervenir en la realidad (a través de los mecanismos, inconscientemente, y a través de la manipulación en la realidad más cotidiana) porque no confío en que por sí misma se ordene y se dirija a un fin global y único.
En consecuencia, me comporto como una especie de fuente de falso amor (porque no lo experimento en realidad y satisfago mi necesidad de amor, no la del otro) que voy vertiéndome sin ningún tipo de medida hacia quienes lo piden y hacia quienes no. No amo, sino que controlo el amor ajeno desde la manipulación.
Reprimo las emociones que considero negativas o no saludables para no contaminar esa imagen de Santa Teresa omnipotente que rezuma amor y vida por los poros: el miedo, la ira, la tristeza... no han tenido cabida, ni espacio, ni cobijo en mi interior... hasta ahora... porque, en realidad, no soy ninguna Santa Teresa, aún carezco de la suficiente humildad (incluso este aún es patológico :). Esa represión me ha servido (y me sirve) para no enfrentarme a la verdad desnuda de la vida, ésa en la que no soy tan omnipotente como mi orgullo pasional cree.
La fantasía es otro de mis mecanismos: me monto mis películas mentales (conversaciones entre alguien yo, entre personas sobre mí; pensamientos de los otros sobre mí; acontecimientos, con profusión de detalles hasta de lo más ínfimo...). Esta fantasía es un intento de creación de realidad que me satisfaga, un control para huir del dolor primario e infantil -entonces era necesario pero ahora no- y, de esta manera, no saboreo ni palpo ni observo ecuánimemente la maravilla de la realidad que vivencio a cada instante.

Así que mi trabajo es ése: estar atenta (atención sin tensión, que dice Ayako) al momento en que utilizo esos mecanismos y preguntarme de qué estoy huyendo.

1 comentario:

Rafael Vidal dijo...

Saludos.

Felicitaciones por tu trabajo.

Tengo que decir, que es la primera vez que dejo un comentario en un blog! Se me ha ocurrido hacerlo, después de contar la enésima coincidencia entre tus interes y los míos. Pero ha sido este artículo,el que me ha dado el último empujoncito...

Quizás te interese pasearte por mi blog.

www.fisicomente.blogspot.com

verás que además de edad, y lugar de residencia, tenemos bastante en común...

Un abrazo!

R a f a