Reflexiones del seminario de yoga

El camino de vuelta a casa, la senda a recorrer para desvelar tu verdadero Ser, discurre inexorablemente por los territorios del inconsciente. Ahí, marcadas a fuego, como parte de tu carácter, restan impregnadas características pertenecientes a tus progenitores que no te son propias.
Al crecer, al evolucionar, como dice Arjuna: debes devolver al padre lo que es del padre, a la madre lo que es de ella, y permitir que aflore quién eres en realidad.
A este respecto, la muerte de mi padre me sirvió para devolverle aquello que yo mimeticé de él pero no era mío y el sueño de hoy (la muerte de mi madre) simbólicamente es una señal de la desvinculación que he de emprender de todo lo superfluo en mí que heredé de ella.
En el sueño también conducía. Últimamente he soñado varias veces con mi madre y con vehículos: la autonomía y la verdadera libertad de conducir tu vida, por lo que el carnet de conducir es condición sine qua non para el logro, aunque eso signifique que me aparte de David, que es lo que temo si me saco el carnet -ridículo, ¿verdad?, deducción sin ningún tipo de argumento sólido y cierto, fruto de mi, a veces, enferma imaginación: siempre externalizo mis asuntos personales y le responsabilizo a él, una forma de huir de la responsabilidad que me pertenece. ¡Qué santa paciencia la suya!

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