Cine

Soy una enamorada de Medem, lo confieso. Me subyugan su poesía, su dulzura, su imagen, su violencia controlada, su trágica belleza, su osadía artística, su capacidad de zarandeo para que te preguntes, para que pienses, para que sientas... y para que lo ames. Creo que Medem es con sin él, no hay medias tintas. O yo soy así y me gusta la gente como él. En fin... Ayer fui a ver Caótica Ana. Hace días que quería ir pero entre una cosa y otra lo dejas pasar. El post de Bachatadharma me animó y más que animarme corroboró nuestras causalidades, pues el día previsto leí su opinión. Así que allí me ofrecí: con la mente relajada, abierta, a la espera de las impresiones que Medem plasmara en mí en esa ocasión.
El cine -como la música, el teatro, la pintura y el arte en general: cualquier obra que, de hecho, provenga de un autor, la creatividad en definitiva- posee la magnífica particularidad, y es su esencia más pura, de provocar reacciones en tu percepción. Yo espero mensajes, pistas, señuelos, coincidencias que no lo son tanto, rastros de mis propios procesos en otras vidas... una esperanza.
Y ahí están Ana, Linda, Said, Lucas, Justine, la bestia parda del padre (¡cuánto se parece a mi padre!), las otras vidas de Ana para que las coloque en mi propio imaginario y busque las respuestas que pueden darme o genere las preguntas que debo plantearme.
Como mensaje general personal (más allá del tema Brian Weiss, que me parece fantástico, aunque ya me impresionó al leer Muchas vidas, muchos maestros) me quedo con Aunque me mates 2000 veces no me destruirás, volveré a nacer y volveré a ser madre... para parir un ejército de hombres, un ejército de hombre buenos. Colosal. Un mensaje más de la necesidad y de la realidad de colocación de lo femenino en el lugar que le pertenece. Una oda al eterno femenino, a la mujer ancestral.

Cambiando de tercio fílmico, al mediodía vi El laberinto del fauno y me gustó muchísimo, muy en la línea de ine fantástico que me apasiona. Gran relato y grandes interpretaciones.