De Arantza oruga a Arantza mariposa


Hace una semana que empezó el encuentro de Sadhana. Un encuentro que me ha transformado, que me ha hecho ser otra, ser quien soy de verdad.
La vieja Arantza ha caído. Como una serpiente, he mudado mi vieja piel y la he abandonado en el camino. Ya no me sirve. La vieja Arantza no existe y la siento tan lejana como si hubieran pasado siglos desde que tuve experiencia de ella, como si realmente ella habitase otra vida, otro tiempo, otros lugares.
La vieja Arantza no tiene ya razón de ser y por eso ha desaparecido.
Ahora he nacido: la nueva, la dulce, la suave, la sabia, la generosa, la templada, la compasiva, la del centro y del equilibrio, que no temo mostrar quién soy y sonrío por doquier, porque sé que el amor, la compasión y la actitud justa y benevolente son fundamentales para conducirse por la vida.
La nueva Arantza está aquí, encarnada bajo mi piel, inscrita en cada una de mis células, latente en cada uno de mis actos, presente en cada instante que vivencio.
La nueva Arantza ha emergido cual mariposa, renaciendo de las cenizas y el dolor de la vieja cual oruga.
Lloraba la antigua, la vieja, la caduca, sufría, creía que iba a morir, que la opresión era demasiado fuerte, batallaba contra su sino... Hasta que un día decidí entregarme y comprendí que si Dios permitía que eso ocurriera era en mi propio beneficio.
Así que confié y me dejé hacer. Y he aquí que atravesé la noche oscura, el terrible campo del ego, la inmensa llanura del dolor, la hecatombe de los miles de muertos yaciendo a mi lado -todo aquello que no servía, todo aquello que era inútil, y héme aquí, renovada mariposa, aprendiendo a desplegar mis alas y mi corazón, linda, etérea, ligera, volátil, danzarina y alegre, con el deseo de mostrar a todos mi alegría, mi triunfo; para animarles a que realicen su metamorfosis, a que abandonen sus rígidas estructuras insoportables que conceden la falsa seguridad de la existencia.
Arantza, mariposa, ya no temo y estoy aprendiendo a volar (¡¡¡ayer fue la primera vez que conduje!!!). Y amo para acabar de limpiar la poquita tela de oruga enganchada a mi cuerpo. Y desarrollo la paciencia, la escucha, la presencia y la calma que la conducen a la claridad y lucidez totales.
Arantza, mariposa, confío en Dios y sé que estoy cumpliendo mi designio y me siento a gusto, en casa, satisfecha.

No hay comentarios: