• A propósito de Alex Grey:
El objetivo del arte realmente trascendente consiste en expresar algo que todavía no somos, pero en lo que podemos llegar a convertirnos.
Todos poseemos un ojo de la carne, un ojo de la mente y un ojo del Espíritu y podemos clasificar a las distintas manifestaciones en función del ojo con el que contemplamos el mundo. El realismo y el naturalismo se asientan en el ojo de la carne; el arte abstracto, el arte conceptual y el arte surrealista se apoyan en el ojo de la mente y ciertas grandes obras del arte espiritual lo hacen en el ojo de la contemplación, en el ojo del Espíritu.
Cada uno de estos ojos contempla un mundo diferente -y, en consecuencia, también refleja un mundo diferente-, el mundo de los objetos materiales, el mundo de las ideas mentales y el mundo de las realidades espirituales, respectivamente.
Cuanto más elevado es el ojo, más profundo es el arte.
• A propósito de Christopher Isherwood:
Cualquier movimiento cuyo objetivo se halle en el tiempo siempre genera violencia.
Soy una cámara con el objetivo completamente abierto, una cámara que no piensa sino que se limita a registrar pasivamente cuanto ocurre.
Todo egoísmo se desvanece. Yo me convierto en un globo ocular transparente. No soy nada pero, en cambio, lo veo todo.
• Toda la tradición alemana es un caso de falacia pre/trans. Fue precisamente el hecho de que la tradición alemana se esforzara de un modo tan noble y denodado por alcanzar Geist y el Espíritu lo que la llevó a confundir el entusiasmo corporal y emocional prerracional con la intuición y la conciencia transracional. Bajo el estandarte de un retorno romántico al Espíritu, de un rescate del Fundamento perdido y de una vuelta al Dios escondido, florecieron la sangre, la tierra, el regreso del noble salvaje y la vuelta a la naturaleza, una revelación que fue grabada a fuego en la carne de quienes se interponían en el camino hacia la pureza de la sangre y de la raza y en las que las cámaras de gas cumplieron con la función de útero silencioso de la Gran Madre, recibiendo en su seno a todos los que osaban mancillar esa pureza. No fue la racionalidad ni la transracionalidad la que derrumbó la fortaleza de Alemania, sino la reactivación de los impulsos prerracionales.
• Los liberales odian al Espíritu y los conservadores lo restringen su Dios mítico fundamentalista.
• La espiritualidad actual se reduce, fundamentalmente, a
1) Los revivalismos fundamentalistas,
2) El narcisismo de la nueva era,
3) La regresión mítica,
4) Los reduccionismos sutiles de los enfoques que se centran en el gran-tejido-de-la-vida y
5) El holismo chato.
• Huxley escribía novelas acerca de las ideas.
• Si usted quiere liberar a alguien debe saber positivamente que existe algo que lo trasciende porque, de otro modo -si no existe nada más-allá-de-lo-dado-, no hay liberación posible.
• Lo más notable es que nadie va a ninguna parte.
• Jack Crittenden sobre Wilber:
El enfoque de Wilber entreteje verdades procedentes de campos tan diversos como la física, la biología, las ecociencias, la teoría del caos, las ciéncias sistémicas, la medicina, la neurofisiología, la bioquímica, el arte, la poesía, la estética, la psicología evolutiva, un amplio espectro de abordajes psicoterapeúticos (desde Freud hasta Jung y Piaget), los teóricos de la Gran Cadena (desde Platón y Plotino [en Occidente] hasta Shankara y Nagarjuna [en Oriente]), los modernistas (desde Descartes y Locke hasta Kant), los idealistas (desde Schelling hasta Hegel), los postmodernistas (desde Foucault y Derrida hasta Taylor y Habermas), las grandes tradiciones hermenéuticas (desde Dilthey hasta Heidegger y Gadamer), los teóricos de los sistemas sociales (desde Comte y Marx hasta Parsons y Luhman), las escuelas místicas y contemplativas de las grandes tradiciones meditativas y las grandes tradiciones religiosas del mundo entero. Una suerte de fenomenología del conocimiento humano elevada al nivel de generalizaciones orientadoras.
El objetivo del arte realmente trascendente consiste en expresar algo que todavía no somos, pero en lo que podemos llegar a convertirnos.
Todos poseemos un ojo de la carne, un ojo de la mente y un ojo del Espíritu y podemos clasificar a las distintas manifestaciones en función del ojo con el que contemplamos el mundo. El realismo y el naturalismo se asientan en el ojo de la carne; el arte abstracto, el arte conceptual y el arte surrealista se apoyan en el ojo de la mente y ciertas grandes obras del arte espiritual lo hacen en el ojo de la contemplación, en el ojo del Espíritu.
Cada uno de estos ojos contempla un mundo diferente -y, en consecuencia, también refleja un mundo diferente-, el mundo de los objetos materiales, el mundo de las ideas mentales y el mundo de las realidades espirituales, respectivamente.
Cuanto más elevado es el ojo, más profundo es el arte.
• A propósito de Christopher Isherwood:
Cualquier movimiento cuyo objetivo se halle en el tiempo siempre genera violencia.
Soy una cámara con el objetivo completamente abierto, una cámara que no piensa sino que se limita a registrar pasivamente cuanto ocurre.
Todo egoísmo se desvanece. Yo me convierto en un globo ocular transparente. No soy nada pero, en cambio, lo veo todo.
• Toda la tradición alemana es un caso de falacia pre/trans. Fue precisamente el hecho de que la tradición alemana se esforzara de un modo tan noble y denodado por alcanzar Geist y el Espíritu lo que la llevó a confundir el entusiasmo corporal y emocional prerracional con la intuición y la conciencia transracional. Bajo el estandarte de un retorno romántico al Espíritu, de un rescate del Fundamento perdido y de una vuelta al Dios escondido, florecieron la sangre, la tierra, el regreso del noble salvaje y la vuelta a la naturaleza, una revelación que fue grabada a fuego en la carne de quienes se interponían en el camino hacia la pureza de la sangre y de la raza y en las que las cámaras de gas cumplieron con la función de útero silencioso de la Gran Madre, recibiendo en su seno a todos los que osaban mancillar esa pureza. No fue la racionalidad ni la transracionalidad la que derrumbó la fortaleza de Alemania, sino la reactivación de los impulsos prerracionales.
• Los liberales odian al Espíritu y los conservadores lo restringen su Dios mítico fundamentalista.
• La espiritualidad actual se reduce, fundamentalmente, a
1) Los revivalismos fundamentalistas,
2) El narcisismo de la nueva era,
3) La regresión mítica,
4) Los reduccionismos sutiles de los enfoques que se centran en el gran-tejido-de-la-vida y
5) El holismo chato.
• Huxley escribía novelas acerca de las ideas.
• Si usted quiere liberar a alguien debe saber positivamente que existe algo que lo trasciende porque, de otro modo -si no existe nada más-allá-de-lo-dado-, no hay liberación posible.
• Lo más notable es que nadie va a ninguna parte.
• Jack Crittenden sobre Wilber:
El enfoque de Wilber entreteje verdades procedentes de campos tan diversos como la física, la biología, las ecociencias, la teoría del caos, las ciéncias sistémicas, la medicina, la neurofisiología, la bioquímica, el arte, la poesía, la estética, la psicología evolutiva, un amplio espectro de abordajes psicoterapeúticos (desde Freud hasta Jung y Piaget), los teóricos de la Gran Cadena (desde Platón y Plotino [en Occidente] hasta Shankara y Nagarjuna [en Oriente]), los modernistas (desde Descartes y Locke hasta Kant), los idealistas (desde Schelling hasta Hegel), los postmodernistas (desde Foucault y Derrida hasta Taylor y Habermas), las grandes tradiciones hermenéuticas (desde Dilthey hasta Heidegger y Gadamer), los teóricos de los sistemas sociales (desde Comte y Marx hasta Parsons y Luhman), las escuelas místicas y contemplativas de las grandes tradiciones meditativas y las grandes tradiciones religiosas del mundo entero. Una suerte de fenomenología del conocimiento humano elevada al nivel de generalizaciones orientadoras.
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