Tras muuuuuchos días sin actualizar, desde el móvil, os dejo informaciones nuevas del viaje inaugural del 2009.
Salimos de Premià de Dalt la tarde del 27/12 a bordo de nuestra furgo equipada Ford Transit Nugget. Condujimos hasta Murcia y descansamos. El 28/12 llegamos a Algeciras para coger el ferry a Ceuta, con un temporal impresionante, así que estuvimos 12 horas esperando embarcar. Finalmente llegamos a Ceuta a las 3.30 de la mañana y descansamos en el mismo puerto.
El 29/12 entramos en territorio marroquí. Como cruzamos temprano la frontera no estuvimos mucho rato (otras veces hemos llegado a estar hora u hora y media). Condujimos, vía Tetouan, por el Rif hasta Chefchaouen, visita obligada siempre que venimos. El Rif es, desde antaño, maravilloso, verdísimo, con su vida rural latente a cada paso y la mejor bienvenida a este país de ricos contrastes y hermosas gentes. Obvia decir que para los fumetas es el paraíso del kiffi y el hachís... pero David y yo ya hemos pasado la época :) Comimos en Chefchaouen e hicimos vía a Meknes (si es la primera vez que venís no os perdáis Fes, con su laberíntica medina en la que viajas a la Edad Media, ni Volubilis, estupenda ciudad romana en ruinas cerca de Meknes y Moulay Idriss). En Meknes buscamos un hotel para asearnos después de tanta conducción.
El 30/12 continuamos camino hacia nuestro primer destino: Merzouga, una de las puertas a las dunas del Sahara. Ese día fue de carretera y de cambios radicales de paisaje: de las colinas y mesetas verdes de El Hajeb al espectacular bosque de cedros de Azrou, con sus simpáticos monos, seguido de la nieve de los alrededores de Ifrane y Aïn Leuh, psando a los palmerales desde Midelt y el principio de la zona desértica en Errachidia y Erfoud. Paramos a comer en Zeïda, donde contactamos con Rachid y Mohamed, cuyos primos en Merzouga podían ofrecernos la excursión en dromedario hasta las dunas de Erg Chebbi, la cena de fin de año y el desayuno de año nuevo. Continuamos, tras el intercambio de teléfonos, hasta Erfoud, donde dormimos.
El 31/12 amanecimos en Erfoud, fuimos al banco para cambiar euros por dirhams (1 € = 11,03 dh) y a desayunar a la kasbah Dakar, regentada por un simpático amazigh (bereber) que había vivido en España comerciando con los fósiles y minerales de la zona (de hecho, si te gustan, desde Midelt en adelante encuentras muchos puestos donde los venden). De Erfoud condujimos hasta Hassijalabid (Pozoblanco), al lado de Merzouga, donde está La Source, el albergue regentado por la familia de Hassan, amigos de Rachid y Moha.
[Nota: por la experiencia que he vivido de éste y de otros viajes a Marruecos, las gentes del desierto, los blue men, hombres azules o tuaregs no son muy recomendables. Los hay auténticos, evidentemente, y buena gente pero están, sobre todo en alrededores de Rissani, Merzouga, Zagora... muy enfocados al turismo y pierden la originalidad y el carisma de amazighs de otras zonas. También, y son palabras de un amazigh amigo del Alto Atlas, son muy solícitos y caballerosos con las mujeres europeas con el fin de encandilarlas y aprovecharse de sus euros. Insisto en que es una opinión y mi experiencia es que no son tan de fiar como otros amazighs].
En La Source esperamos a Carles y Laura que venían de Tinerhir (de la zona de escalada de les Gorges de Toudhga), subimos las dunas y comimos kalila (plato del desierto: tagine de carne y verduras cubierto de huevo frito). Tras la comida, ascendimos a la duna mediana tras Erg Chebbi, unos 100 metros, empezó a llover y tomamos té y charlamos hasta la llegada de los dromedarios. A la llegada del transporte, la lluvia era copiosa y, ni cortos ni perezosos, nos abrigamos, nos ceñimos las mochilas con el material de pasar la noche y, con unos plásticos por encima, emprendimos el camino de casi dos horas hasta la haima en Erg Chebbi.
Al llegar compartimos una haima comedor con Jiji (from Japan) y Pere, Vador, Edu y Svetta ( de Girona y Rusia). Cenamos tajine y fruta y bebimos algunas botellas que habíamos llevado. Comimos doce gajos de mandarina al ritmo de las cuerdas del laud y brindamos con cava :). Nos visitaron unas chicas de Castilla León (Berta and cia) y, pronto, tras unas canciones berebers... a dormir.
El 01/01 subimos las dunas y de vuelta al albergue con los dromes, donde almorzamos. Una duchita y un arreglo del interior de la furgo nos dejaron nuevos y dispuestos para el viaje a Tamtattouche, donde nos esperaba nuestra familia del Alto Atlas, los Abaz. Fuimos a Erfoud, banco y comida en Dakar, y carretera a Tinehir. Kilómetros y kilómetros de nada y, de vez en cuando, la salpicadura de un pequeño pueblo o de los nómadas en medio de la llanura. A la tarde llegamos a Tinerhir, David y Carles se emocionaron (como siempre ante la piedra) palpando la roca del Tougdha y, por fin, llegamos a Tamtattouche, al Auberge Baddou donde nos esperaba Ahmed, Brahim, Aziz y Mourad.
Saludos, recuerdos y emociones compartidas después de cinco años sin vernos. Supimos que Moha, hermano de Ahmed, había muerto en este tiempo y que la familia Abaz esperaba un nuevo bebe (ya están las niñas Nasjra y Nussur y el niño Baddou... y la niña que nació estando nosotros allí, que aún no tiene nombre -se le da una semana después del nacimiento durante la celebración de una fiesta en que todo el pueblo come cordero-). Los días en Tamtattouche, del 01 al 07/01, han sido, como siempre, espectaculares. La primera noche hubo una magnífica fiesta de bienvenida.
En Baddou cada noche hay música en directo, el luthar y los tamtam, como les llaman, y mil ritmos maravillosos.
En Baddou estás como en casa.
En Baddou, bailamos, jugamos, reímos, tocamos música, aprendemos amazigh y enseñamos español, descansamos, practicamos yoga y taichi, meditamos, escalamos, hacemos trapecio, conocemos las particularidades y las zonas del mundo bereber del Alto Atlas de la mano de Ahmed, bebemos té todo el día, comemos estupendamente, bebemos leche de vaca similar al kefir, cenamos dos días en casa de Ahmed -una con Laura y Carles y otra con su gran familia y amigos para celebrar el nacimiento de su hija, ambos brochettes de boeuf a la brasa y supercouscous...
Desde Baddou hacemos excursiones: al mercado de Tinerhir y después al satisfactorio y relajante hamman; a las montañas de los nómadas, a quienes regalamos comida y ropa y quienes nos invitan a té en mitad del paisaje; a la zona de Amellago, donde encontramos a Moha Ousri, quien también regenta un acogedor albergue...
En Baddou, en Tamtattouche, en fin... un lugar donde soy muy feliz con nada y donde está mi hogar marroquí y mi querida familia Abaz, auténtica gente de corazón, sabios de otro tiempo y otros lugares, hermanos, amigos... un pedazo de mi alma y de mi ser... Cuánto les amo!!! Y lo que me duele separarme de ellos!! :)...
Y tras los encantadores días en Baddou y Toudgha, vuelta a casa... Primer día 07/12, tras despedida e intercambio de regalos, furgo hasta Zeïda, hoy 3 horas de espera en puerto de montaña de Timhidet, pasado el nevado y precioso Col du Zaz y ahora a ver si llegamos a Azrou o a El Hajeb, con la supernevada que está cayendo y a -3 C.
Vuelvo en abril SEGURO!!!
Amo este país y a sus acogedoras gentes!!
Salimos de Premià de Dalt la tarde del 27/12 a bordo de nuestra furgo equipada Ford Transit Nugget. Condujimos hasta Murcia y descansamos. El 28/12 llegamos a Algeciras para coger el ferry a Ceuta, con un temporal impresionante, así que estuvimos 12 horas esperando embarcar. Finalmente llegamos a Ceuta a las 3.30 de la mañana y descansamos en el mismo puerto.
El 29/12 entramos en territorio marroquí. Como cruzamos temprano la frontera no estuvimos mucho rato (otras veces hemos llegado a estar hora u hora y media). Condujimos, vía Tetouan, por el Rif hasta Chefchaouen, visita obligada siempre que venimos. El Rif es, desde antaño, maravilloso, verdísimo, con su vida rural latente a cada paso y la mejor bienvenida a este país de ricos contrastes y hermosas gentes. Obvia decir que para los fumetas es el paraíso del kiffi y el hachís... pero David y yo ya hemos pasado la época :) Comimos en Chefchaouen e hicimos vía a Meknes (si es la primera vez que venís no os perdáis Fes, con su laberíntica medina en la que viajas a la Edad Media, ni Volubilis, estupenda ciudad romana en ruinas cerca de Meknes y Moulay Idriss). En Meknes buscamos un hotel para asearnos después de tanta conducción.
El 30/12 continuamos camino hacia nuestro primer destino: Merzouga, una de las puertas a las dunas del Sahara. Ese día fue de carretera y de cambios radicales de paisaje: de las colinas y mesetas verdes de El Hajeb al espectacular bosque de cedros de Azrou, con sus simpáticos monos, seguido de la nieve de los alrededores de Ifrane y Aïn Leuh, psando a los palmerales desde Midelt y el principio de la zona desértica en Errachidia y Erfoud. Paramos a comer en Zeïda, donde contactamos con Rachid y Mohamed, cuyos primos en Merzouga podían ofrecernos la excursión en dromedario hasta las dunas de Erg Chebbi, la cena de fin de año y el desayuno de año nuevo. Continuamos, tras el intercambio de teléfonos, hasta Erfoud, donde dormimos.
El 31/12 amanecimos en Erfoud, fuimos al banco para cambiar euros por dirhams (1 € = 11,03 dh) y a desayunar a la kasbah Dakar, regentada por un simpático amazigh (bereber) que había vivido en España comerciando con los fósiles y minerales de la zona (de hecho, si te gustan, desde Midelt en adelante encuentras muchos puestos donde los venden). De Erfoud condujimos hasta Hassijalabid (Pozoblanco), al lado de Merzouga, donde está La Source, el albergue regentado por la familia de Hassan, amigos de Rachid y Moha.
[Nota: por la experiencia que he vivido de éste y de otros viajes a Marruecos, las gentes del desierto, los blue men, hombres azules o tuaregs no son muy recomendables. Los hay auténticos, evidentemente, y buena gente pero están, sobre todo en alrededores de Rissani, Merzouga, Zagora... muy enfocados al turismo y pierden la originalidad y el carisma de amazighs de otras zonas. También, y son palabras de un amazigh amigo del Alto Atlas, son muy solícitos y caballerosos con las mujeres europeas con el fin de encandilarlas y aprovecharse de sus euros. Insisto en que es una opinión y mi experiencia es que no son tan de fiar como otros amazighs].
En La Source esperamos a Carles y Laura que venían de Tinerhir (de la zona de escalada de les Gorges de Toudhga), subimos las dunas y comimos kalila (plato del desierto: tagine de carne y verduras cubierto de huevo frito). Tras la comida, ascendimos a la duna mediana tras Erg Chebbi, unos 100 metros, empezó a llover y tomamos té y charlamos hasta la llegada de los dromedarios. A la llegada del transporte, la lluvia era copiosa y, ni cortos ni perezosos, nos abrigamos, nos ceñimos las mochilas con el material de pasar la noche y, con unos plásticos por encima, emprendimos el camino de casi dos horas hasta la haima en Erg Chebbi.
Al llegar compartimos una haima comedor con Jiji (from Japan) y Pere, Vador, Edu y Svetta ( de Girona y Rusia). Cenamos tajine y fruta y bebimos algunas botellas que habíamos llevado. Comimos doce gajos de mandarina al ritmo de las cuerdas del laud y brindamos con cava :). Nos visitaron unas chicas de Castilla León (Berta and cia) y, pronto, tras unas canciones berebers... a dormir.
El 01/01 subimos las dunas y de vuelta al albergue con los dromes, donde almorzamos. Una duchita y un arreglo del interior de la furgo nos dejaron nuevos y dispuestos para el viaje a Tamtattouche, donde nos esperaba nuestra familia del Alto Atlas, los Abaz. Fuimos a Erfoud, banco y comida en Dakar, y carretera a Tinehir. Kilómetros y kilómetros de nada y, de vez en cuando, la salpicadura de un pequeño pueblo o de los nómadas en medio de la llanura. A la tarde llegamos a Tinerhir, David y Carles se emocionaron (como siempre ante la piedra) palpando la roca del Tougdha y, por fin, llegamos a Tamtattouche, al Auberge Baddou donde nos esperaba Ahmed, Brahim, Aziz y Mourad.
Saludos, recuerdos y emociones compartidas después de cinco años sin vernos. Supimos que Moha, hermano de Ahmed, había muerto en este tiempo y que la familia Abaz esperaba un nuevo bebe (ya están las niñas Nasjra y Nussur y el niño Baddou... y la niña que nació estando nosotros allí, que aún no tiene nombre -se le da una semana después del nacimiento durante la celebración de una fiesta en que todo el pueblo come cordero-). Los días en Tamtattouche, del 01 al 07/01, han sido, como siempre, espectaculares. La primera noche hubo una magnífica fiesta de bienvenida.
En Baddou cada noche hay música en directo, el luthar y los tamtam, como les llaman, y mil ritmos maravillosos.
En Baddou estás como en casa.
En Baddou, bailamos, jugamos, reímos, tocamos música, aprendemos amazigh y enseñamos español, descansamos, practicamos yoga y taichi, meditamos, escalamos, hacemos trapecio, conocemos las particularidades y las zonas del mundo bereber del Alto Atlas de la mano de Ahmed, bebemos té todo el día, comemos estupendamente, bebemos leche de vaca similar al kefir, cenamos dos días en casa de Ahmed -una con Laura y Carles y otra con su gran familia y amigos para celebrar el nacimiento de su hija, ambos brochettes de boeuf a la brasa y supercouscous...
Desde Baddou hacemos excursiones: al mercado de Tinerhir y después al satisfactorio y relajante hamman; a las montañas de los nómadas, a quienes regalamos comida y ropa y quienes nos invitan a té en mitad del paisaje; a la zona de Amellago, donde encontramos a Moha Ousri, quien también regenta un acogedor albergue...
En Baddou, en Tamtattouche, en fin... un lugar donde soy muy feliz con nada y donde está mi hogar marroquí y mi querida familia Abaz, auténtica gente de corazón, sabios de otro tiempo y otros lugares, hermanos, amigos... un pedazo de mi alma y de mi ser... Cuánto les amo!!! Y lo que me duele separarme de ellos!! :)...
Y tras los encantadores días en Baddou y Toudgha, vuelta a casa... Primer día 07/12, tras despedida e intercambio de regalos, furgo hasta Zeïda, hoy 3 horas de espera en puerto de montaña de Timhidet, pasado el nevado y precioso Col du Zaz y ahora a ver si llegamos a Azrou o a El Hajeb, con la supernevada que está cayendo y a -3 C.
Vuelvo en abril SEGURO!!!
Amo este país y a sus acogedoras gentes!!
2 comentarios:
Querida: Somos muchos más de lo que puedes imaginar, los que esperamos tus escritos. No importa qué, reflexiones, etc. lo que sea. Tus viajes son los mios, tus alegrias, las mias, tus protestas, las mias; no importa qué, espero tus noticias para vivir contigo. Contigo no tengo edad, ni nacionalidad, ni profesión, ni hay distancia entre tu y yo. Gracias por ser parte de mi vida, por utilizar tus talentos, por creer en ti, por haber escogido el hogar en que naciste; pues tus padres hicieron una excelente labor. Gracias por darte como te das. Me haces feliz. Sigue escribiendo. Aprecio tu dedicación, tu tiempo, la beldad de tu prosa y el amor cotagioso.Estás haciendo una gran diferencia en el mundo y en gran escala. Te amo
Dios mio!!! Como he aprendido estos dias Tunit tif audahj, la vida es mejor que nada!!! Gracias por tus palabras que ahora me hacen brotar lagrimas de los ojos [no se donde estan los acentos ;p]. Gracias por el amor que transmiten. Gracias, desde lo mas profundo de mi ser y de mi corazon, por un apoyo tan calido y reconfortante. Aunque se dice que hay que mantenerse ecuanime ante la critica y el elogio, a mi tus bellas palabras me emocionan hasta el tuetano y me hacen sentir acompanyada y amada. Mi mas sincero agradecimiento y deseo continuar siendo digna de cuanto dices. Yo tambien te amo.
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