Un Maestro es Pura Vacuidad.
Es Pura Luz.
No hay nada en él o ella.
Como ser, está vacío.
No contiene nada, sólo refleja la Verdad.
Es un espejo donde ha desaparecido el reflejo.
Ser y Realidad se han fundido y son Uno.
Ha realizado la verdadera naturaleza de la realidad
Y comprende profundamente cualquier tipo de sufrimiento.
Porque es suyo también al sentirlo en su reflejo.
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La Vacuidad del Maestro es la ausencia de dualidad.
La Vacuidad es la ausencia de sufrimiento.
Cuando aparece el sufrimiento, aparece la dualidad.
Cuando aparece la dualidad, aparece el sufrimiento.
Cuando aparece yo, ya no somos vacíos.
Dualidad y sufrimiento son, pues, la misma cosa.
La sola conciencia de yo es dualidad y sufrimiento.
Trascender el yo es fundirse con la Realidad.
Mientras no hay sufrimiento, sólo hay Vacuidad.
Pura Vacuidad, Pura Luz.
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Mi Maestra es la madre de millones de seres.
Es maternal y compasiva porque da a (la) Luz.
Nos da a la Luz, nos protege, nos ayuda,
nos cuida a través de los eones
y nos guía con su ejemplo en el camino de nuestro Despertar.
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No nos convertimos en nada que no seamos ya.
Lo único que acontece al encontrar a tu Maestra es el Reconocimiento.
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Mi Maestra es Amor en Acción, Amor en Movimiento.
Energía pura y Sabiduría Profunda
colocadas al servicio del Amor en forma de Acción y de Transformación.
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