Del sufrimiento y la unidad

Para que la unidad pueda experimentarse a sí misma y saber de su existencia, necesita dualizarse y provocar el nacimiento de los aparentes contrarios complementarios.
De aquí que el yo individual (etimológicamente no diviso, sin división) sea, en realidad, dual. En el momento en que nace la idea del yo, se genera la dualidad material y se abandona la unidad conceptual primigenia.
Esta dualidad genera sufrimiento, pues la unidad perdida y anhelada representa el ideal a alcanzar, inalcanzable, por otra parte, desde la premisa dual.
En este contexto, el sufrimiento es algo inevitable y condición sine qua non de la propia existencia.
Las identificaciones que llevo a cabo con mis sufrimientos individuales son quienes alimentan mi sensación de separatividad, cuando en realidad el sufrimiento es inherente a la propia Vida y por tanto común a cualquier ser humano.
La primera noble verdad búdica es ésta: la vida es sufrimiento. Así, tal cual.
La trascendencia del sufrimiento (de la identificación con mi sufrimiento particular) nos acerca a su cesación y a la experiencia de la unidad.

2 comentarios:

Merche Segura dijo...

eres la mejor, la mas grande... me alegro que estemos en el mism camino de crecimiento, es maravilloso saber que uno no esta solo en esta vida.
Hoy he llegado de la playita y la verdad que parajes mas maravilloso nos da la naturaleza, que Mediterraneo tenemos... que calas para sentir toda la energia del Universo al completo.
Mañana saldremos a otro paraje Asturias ya te contare....
BESOS Enormes llenos de AMOR y ALEGRIA

Merche.

Javier B. Martínez dijo...

Hola. Después del caos llega la luz. Es inevitable.

Saludos