Creo



A pesar de las voces que se empeñan en amargarnos, a pesar de políticos que nos alarman con sequías desviando nuestra atención de los asuntos importantes, a pesar de la economía del caos (efecto mariposa) que impera en este mundo, a pesar de las televisiones y sus mensajes narcotizantes, a pesar del consumo que adormece nuestras mentes y sus posibilidades, a pesar de la sociedad dormida, a pesar de las guerras, el hambre y la inocencia violada, a pesar de los pesares, yo rompo una lanza a favor del ser humano.

Creo en las personas, creo en su capacidad de evolución, creo que seremos capaces de asumir la responsabilidad que nos corresponde por ser conscientes de nuestra existencia. Creo en quienes realizan bien su trabajo y son impecables y no cometen error, no sólo por técnica sino por amor y fe en lo que (bien)hacen. Creo en el esfuerzo, en el trabajo, en el día a día, creo en quienes amanecen dispuestos a mejorar el mundo y se dejan la vida en ello, y cuando caen se levantan y sólo a la muerte descansan. Creo en ellos profundamente.

Y sé que no estoy sola. Que somos muchos quienes creemos los unos en los otros y nos ayudamos, invisible ejército del amor y la conciencia, para seguir adelante.

Creo en mi madre, que me crió con amor y constancia, sacándose el pan de su boca para dármelo si era necesario (infinita compasión...) y me educó en ser creativa y única y compasiva.
Creo en mi padre, que cada día fue a trabajar y sujetó sus ansias de libertad por mantener a su familia y era un hombre de letras y un hombre de la tierra.
Creo en mis hermanos, que se han esforzado y se esfuerzan en sus ámbitos y hacen equipo y luchan por ser mejores personas y cambiar el mundo.
Creo en mi pareja, que me enseña día a día el amor y la confianza, el respeto y la apuesta de vida por el trabajo en común y por nuestros sueños.
Creo en mis suegros, que le dieron un gran ejemplo a mi hombre y le enseñaron a ser noble antes de hacerlo llegar a mí.
Creo en mi cuñada, que abandona su puesto de trabajo para criar a su hermosa hija y en su pareja que es un leal compañero de viaje.
Creo en mis cuñados, que son una prueba viviente del amor y la constancia y educan desde el respeto y la ternura a sus dos preciosos niños.
Creo en mi cuñada que tengo en la distancia porque la coherencia interna es su modo de ser.
Creo en mi cuñada pequeña, que alienta su crecimiento y el de mi hermano desde su fusión cultural.
Creo en mis amigas y amigos –ellas y ellos saben quienes son- porque me dan la mano cuando estoy derrotada y me ayudan a ponerme en pie y caminar. Y también, con su infinita sabiduría y su amor, me alientan en los aciertos y me despejan y apartan de mis errores.
Creo en mis maestros –todos en realidad- que me acercan a la sabiduría y me dan amor y soporte.
Creo en mis alumnos porque es de quienes aprendo cómo transmitir y enseñar y son quienes me devuelven al mundo cuando me perdí por las nubes.
Y creo en la panadera, el fontanero, el carpintero, la ejecutiva, el broker, la ama de casa, el pastor, la campesina, la maestra, el médico, el dueño del bar, la cocinera...
Creo en cualquiera que te reconcilia con la Vida, el Amor y el Milagro de existir, porque su sola presencia te asegura que este Universo es sagrado y que el Plan es perfecto, aunque a nosotros su comprensión nos quede muy lejos y grande.
Creo, creo en el ser, creo en la Vida, creo en la Infinitud del Ser Humano.
Así que me rebelo contra la inconstancia, contra la incoherencia, contra el escepticismo, contra los cínicos y los cobardes. Me rebelo contra el apoltronado, el infame que obstaculiza nuestra evolución como especie. Yo me alzo ante el opresor y le grito ¡basta! y lidero, si es necesario, el ejército de los buenos seres.
Reniego del pesimista, del vengativo, de quien salda sus cuentas en los corazones ajenos. Me enfrento a quien afirma que el mundo se autodestruye y le rebato con que el mundo está lleno de luz, de una luz tan inmensa que es capaz de producir esa inmensa sombra.
Y creo, y creo y creo... en todos los seres, incluso en estos de quienes me quejo. Y sé que somos hermanos y estamos todos en el mismo barco. Y os (me) tiendo la mano para que juntos recorramos el camino de la especie hacia nuestro presente/futuro de paz, gloria y sabiduría.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Qué bien has planteado lo que llevo tiempo dándole vueltas a mis pensamientos! Cansada de tanta crisis económica, tantos atracos, tanto negativismo ...
Yo me uno a tu ejército porque también CREO.
De nuevo te felicito por tu entrañable blog.

Saluditos.Mariló

Anónimo dijo...

Me encanta esta entrada , que me toca tan de cerca, y expresa cosas tan "sencillas" y importantes..... Gracias una vez mas....
David

Anónimo dijo...

No estas sola.


Un abrazo y una sonrisa. ;-))