Terapia gestalt

Hace dos semanas inicié mi proceso de terapia gestalt, al tiempo que continúo la lectura de La dimensión espiritual del eneagrama de Sandra Maitri.
La terapia me gusta. Marta, mi terapeuta, es muy agradable. Hablamos, me explica teoría psicológica que puedo aplicar a mi proceso y habla con mi inconsciente de forma que, de sesión en sesión, voy trabajando sin darme cuenta o dándome cuenta en realidad pero sin que parezca un trabajo real y consciente.
Después de cada sesión, hago algunas tareas. Una de las primeras fue escribir mi biografía personal y ahí me percaté que el eneatipo más acentuado en mi personalidad es el 2 y no el 8. La cuestión es que, enfermo, el 2 se va al 8 (por eso me había reconocido en él) y empieza a sanarse dirigiéndose hacia el 5, que es el proceso en el que ahora me hallo, recogida, otoñal, en mí. Así que estoy trabajando desde esa perspectiva. Poco a poco, voy impregnándome de la honestidad emocional del 4, reconociendo -con muchísimo dolor- cuáles son mis verdaderos límites (ni infra ni sobrevalorarme: desconozco mi justa medida) y desde esa ecuanimidad abrir la cota de malla que me cubre por miedo, vergüenza, baja autoestima, etc. y dejar que yo sepa y los otros vean quién soy en realidad, sin querer complacer constantemente al resto y olvidando mis necesidades reales, no las demandadas por mi autoinflada imagen egoica. Vamos, que tengo trabajito...
He entendido varias cosas:
Para evitar ver quién soy y reconocer que me desconozco totalmente, mi mente reprime o fantasea la realidad para huir de esa introspección. No me abro realmente (por eso no quiero estar con nadie que no sean mis compañeros de viaje actuales o los pocos que han sabido quién soy desde siempre y lo han aceptado) porque no sé qué hay (y funciono pensando ¿y si lo que hay es malo? pero... así lo bueno lo dejo siempre escondido: esto es lo que ha de entender mi inconsciente).
Actualmente, inconscientemente, carezco de dignidad porque mi padre me la negó, y edípicamente me boicoteo para no triunfar no vaya a ser que papa se enfade.
Y soy una exhibicionista, ¿veis? aquí me tenéis contándoos mi terapia.
En fin, qué mundo más infinito el de la mente... suerte que la meditación me enseña que
aún hay más allá y aquello sí es real.
Besos!!!
PD Aps, ya tengo los discursos nocturnos de SN Goenka del curso de vipassana de 10 días y el libro resumen de las charlas. He conseguido El ojo de la Sarmouni de Ahimsalara, también trata de eneagrama desde una perspectiva esotérica y simbólica. Y me están enviando El eneagrama de Helen Palmer, otro gran tratado para seguir tratándome.

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